Título
Pienso en
Tallerista
Javier Arbizu
Fecha
29 de septiembre
Hora
10:30-17:30

La palabra plasma proviene de la raíz protoindoeuropea pelǝ plã: llano, extender. El mismo origen tienen las palabras πλανάω, del griego que significa vagar, errar, vagabundear. Planus del latín, de ahí plano, plancha, plan o palma y placere: placer, placel (banco de arena,) playa, placenta, plazo. поле, que en eslavo toma el significado de campo, de ahí Polonia, que probablemente sea la forma en la que se autodenominaban “los habitantes de los campos.” Felthuz, en Germánico, feldespato, el mineral más abundante en la corteza terrestre y place del inglés, lugar y situar.

 

Plasma era para los griegos todo aquello que se podía moldear como la arcilla, la cera, la masa de harina y los metales y abarcaba no solo la materia (moldeable), sino también el trabajo (de moldear) y la obra acabada o (la cosa moldeada.) No es de extrañar que la concepción griega del término apunte a que origen, destino y medio sean una misma cosa, dando a entender que el ejercicio de plasmar es el de mediar con un algo preexistente, predestinado a ser de alguna manera más o menos concreta.

 

El taller comenzará con una presentación (obras, artistas, exposiciones y conceptos) que se apoyará en a la idea de desvío, proceso durante el cual, como en lo metafórico, el sentido parece aventurarse por sí solo, desligado de la cosa misma a la que sin embargo apunta, otorgando verdad a su referente. Pretexto para ahondar y perdernos después en las complejidades de nuestros trabajos a través de una serie de ejercicios prácticos, cuyo objetivo será el de detectar elementos en nuestras prácticas que arrojen luz sobre aspectos poco explorados y generar canales que nos permitan acceder a nuestro trabajo desde otras perspectivas.