Amaia Molinet

ES POSIBLE QUE LA TIERRA QUIERA SER COMO ANTES DE QUE EXISTIERA
Desde una inquietud por medir el impacto simbólico en las maneras de habitar nuestro planeta surge el presente proyecto que, inicialmente, parte de llevar a cabo dos acciones sobre la superficie terrestre de dos localizaciones remotas, casi opuestas, ambas marcadas de distinto modo por hitos fronterizos: el Sahara e Islandia. El territorio del Sahara Occidental se encuentra marcado y dividido por un muro de más de 2750 km fruto de un conflicto geopolítico no resuelto desde hace más de cuarenta años. Islandia, en cambio, se ubica en una gran falla entre dos de las mayores placas tectónicas del planeta, ejerciendo una frontera natural entre los dos continentes más poderosos de nuestro imaginario occidental: Europa y Norteamérica. Se plantean, entonces, dos estancias en residencia, una en cada uno de estos emplazamientos, desde el deseo de connotar diversas posibilidades de entender la noción de frontera en términos geográficos, políticos y físicos. Para ello, se plantean dos acciones performativas. La primera tiene lugar durante la estancia en los campamentos de refugiados saharauis en las proximidades de Tinduf, Argelia, y consiste en arrastrar su cuerpo cubierto con una melfa nila por las arenas del desierto, marcando con su rastro una línea a modo de hito. La segunda, consiste en marcar esa misma línea con fuego, sobre la gélida superficie de las proximidades del glaciar Eyjafjallajökull en Islandia. Estas intervenciones registradas en vídeo se presentan compuestas de forma similar: filmadas en grandes planos generales, estáticos y a gran distancia. Surge, además, un interés por rescatar el valor natural, geológico y patrimonial de estos lugares, incluso si es a un nivel simbólico, atendiendo a los pequeños elementos que otorgan identidad a ambos; recordándonos asimismo un posible escenario apocalíptico, tan trágico como sublime, desde una profunda preocupación medioambiental. Para ello se ha trabajado en una serie de fotografías obtenidas en ambos emplazamientos, mostrando vastos e inmensos paisajes de desierto y hielo, extremos y opuestos, carentes de signos de vida humana, animal o vegetal. Respecto a las imágenes fotográficas, es de especial interés señalar que, desde la experiencia personal, el encuentro ante los glaciares de Islandia puede calificarse de vertical, mientras que permanecer en el vasto desierto del Sahara resulta más bien horizontal. Este hecho, que se puede intuir observando algunas imágenes –algunas ciertamente más frontales, mientras que otras muestran un punto de vista más picado-, condiciona notablemente su formalización en el proceso de imagen-objeto, llevándole a plantear soportes y dispositivos que resulten fieles a este hecho. Por lo tanto, después de enmarcar las fotografías, se procede a la construcción de estructuras, peanas o soportes de madera y hierro en las que disponerlas en diferentes orientaciones. Y por último, no puede obviar la fragilidad del hielo ante la voluntad de permanencia de la desertización. Por ese motivo concluye la producción de obra trabajando las imágenes de Islandia en soportes frágiles como la seda, y las imágenes del Sáhara en soportes más robustos como la piedra: remitiéndonos así a los orígenes geológicos de nuestro planeta, en los que, no tan caprichosamente, se nos podría estar invitando a cuestionarnos su porvenir.

AMAIA MOLINET
Es titulada Máster en Arte Contemporáneo, Tecnológico y Performativo y Licenciada en Bellas Artes por la UPV/EHU. Desarrolla su práctica artística desde una fotografía expandida, poniendo en valor los rasgos simbólicos del paisaje en la observación del territorio. Ha recibido becas y premios por organismos como Eremuak (2017), INJUVE (2016-2017), Fundación BilbaoArte (2015-2016), Gobierno de Navarra (2016), Gobierno Vasco (2018-2019) y Diputación Foral de Bizkaia (2018-2019) llevando a cabo residencias en Artifariti (Sahara Occidental, 2015), SÍM House (Reykjavík, 2016) Nau Estruch (Sabadell, 2017) Centrul de Interes (Cluj-Napoca, 2018-2019) y Zébra3 (Burdeos, 2018). Ha realizado exposiciones individuales como «Mugak» Fundación BilbaoArte (2016) y «Future Fossils» en el Museo Arqueológico de Bilbao (2018) y el Centro Cultural San Martín (Buenos Aires, 2018). Su trabajo ha formado parte de exposiciones colectivas en contextos como el Centro Huarte de Arte Contemporáneo (Pamplona), Sala Rekalde (Bilbao), Centro Cultural Montehermoso (Vitoria-Gasteiz), Museo San Telmo (Donostia), Fabra i Coats Centre d’Art Contemporani (Barcelona), Galería Rafael Pérez Hernando (Madrid), entre otras.

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